Las terapias sistémicas familiares tienen técnicas que muchos otros enfoques toman para sus tratamientos. En este artículo, te describimos algunas de ellas, aunque existen muchas más dentro de cada perspectiva sistémica.
Por Cristina Roda Rivera – Psicóloga
La terapia sistémica familiar es un enfoque terapéutico que se aplica en el tratamiento de trastornos derivados de las interacciones y patrones comunicacionales de un grupo. La principal aportación de los modelos sistémicos es trasladar la acción terapéutica fuera del ámbito de lo intrapsíquico para llevarla al ámbito de los patrones de interacción interpersonal.
La terapia sistémica familiar se fue estableciendo y creciendo a la par que la terapia sistémica. Sin embargo, hay que señalar que no todos los modelos familiares son sistémicos. Por ejemplo, el enfoque psicodinámico y de las relaciones objetales (Skinner, Ackerman y Sager) o los enfoques multigeneracionales (Whitaker, Bowen).
Los modelos sistémicos se basan en una serie de fundamentos. Los más importantes son la cibernética y las teorías de información de Shanon y Weaver, la general de sistemas (Bertalanffy) y de la comunicación humana (Watzlawick).
Nueve modelos de terapia sistémica familiar
Existen diferentes escuelas de terapia sistémica familiar que van desde lo psicoanalítico a lo sistémico:
- Escuela psicoanalítica: se centran en la represión, su objetivo es el insight y tratan de que se alcance por medio de la interpretación (Ruffiot, Liendo).
- Existencial: su objetivo es la reconciliación e intentan llegar a ella mediante el reenvío a los orígenes (Stierlin).
- Transgeneracional: se centran en las lealtades invisibles (Boszormenyi-Nagy).
- Escuela de la comunicación: trabajan sobre la mala comunicación (Satir).
- Estructural: se centran en la reestructuración del sistema familiar (Minuchin).
- Ecléctica: se ocupan de la disfuncionalidad del sistema tratando de hacerlo funcional (Andolfi).
- Estratégica: se centran en la incapacidad para resolver problemas y tratan de devolver estos problemas a la familia por medio de la reformulación (Haley).
- Sistémica interaccional de Palo Alto: cambian la interacción disfuncional por medio de la manipulación no explicitada (Watzlawick, Sluzki).
- Escuela paradójica (escuela sistémica de Milán): se centran en el no deseo de cambio y en los juegos de poder, tratan de provocar crisis por medio de la connotación positiva y de la prescripción paradójica.
Algunas técnicas habituales en terapia sistémica familiar
En la terapia sistémica familiar existen una serie de intervenciones que están entre las más habituales. Algunas son tomadas de otras formas de terapia y desde luego es una forma de trabajar que admite el uso de cualquier técnica que se considere apropiada.
En este artículo solo mencionaremos algunas habituales, pero existen libros que recogen técnicas y formas de intervenciones, como 24 ideas para una terapia breve, de Mark Beyerbach.
Redefinición positiva del síntoma
Este tipo de reformulación, muy practicada por Minuchin y sus colegas de la escuela estructural, intenta proporcionar una lectura relacional distinta de los hechos, que ponga en duda las estructuras del sistema.
Se trata de desafiar las definiciones dadas en la familia, entre las que se incluye el rol del paciente identificado, cuestionando así su visión de la realidad.
Connotación positiva del síntoma
Consiste en atribuir un significado positivo a la conducta problema o síntoma del contexto relacional donde adquiere su funcionalidad, especificando la contribución de cada uno de sus miembros a la pauta circular.
El equipo de Milán argumenta que definir solo el síntoma en positivo tiene la implicación tácita de definir al resto de la familia en negativo, lo que supone una cierta alianza del terapeuta con el portador del síntoma. Mientras que ellos propugnan una posición de neutralidad.
Excepciones y preguntas milagro
En la pregunta milagro, se le pregunta a la familia cómo sería el día si ocurriese un milagro y su problema se soluciona de golpe. Por ejemplo, se busca conocer qué sería lo primero en lo que lo notarían, etc. Esto nos da pistas sobre elementos a introducir para hacer que el milagro empiece a ocurrir en la familia.
En las excepciones, preguntamos acerca de aquellas situaciones en las que las cosas se hicieron de modo distinto y las que salió bien. De este modo, les ayudamos a volcar su atención hacia lo positivo y nos da pie a introducir variaciones para fomentarlo.
Si por ejemplo la madre y el hijo no discuten porque el padre apoya a la madre solo en algunas ocasiones, podemos fomentar que el padre apoye más veces a la madre.
Preguntas escala
Un tipo de pregunta que en ocasiones es útil, es pedirle a la familia que valoren, del 1 al 10, en qué punto está su problema. Desde aquí se puede indagar qué haría falta para subir un punto en la escala o, si la puntuación es baja, qué han hecho para conseguir que no baje más.
Preguntas circulares
Le preguntamos a otro miembro de la familia por lo que hace, siente, etc., el miembro del que queremos saber algo. Esto evita una escalada de discusiones, fomenta una visión cíclica e interrelacionada del problema que afecta a todos, y permite en muchas ocasiones que fluya información que se desconocía o que surjan puntos de vista nuevos.
La ilusión de alternativas
El primero en utilizarla en psicoterapia fue M. H. Erickson. Luego se usó en todos los sucesivos modelos de psicoterapia estratégica, como el breve modelo MRI y el modelo Nardone. Se debe construir la apariencia de dos opciones para devolverle el «poder» al paciente o familiar tomando una decisión.
Ordalía
Haley (1984) convirtió está técnica en todo un arte. Se trata de vincular la aparición de un determinado síntoma a la realización de alguna otra actividad que resulta molesta para el paciente pero que, al mismo tiempo, tenga un beneficio para él.
Por ejemplo, en un caso de bulimia con atracones, se acuerda con la paciente que, cada vez que se produzca un atracón, deberá levantarse esa misma noche a las 3 de la madrugada para hacer ejercicios abdominales durante treinta minutos.
Tarea paradójica
También utilizada desde el enfoque estratégico y estructural de Haley y por la escuela de Palo Alto. Se prescribe a la familia que sigan con el problema, haciendo “más de lo mismo”, con la intención de que esto genere un cambio.
Suele ser una intervención arriesgada y se la llama paradójica porque si la cumplen están cumpliendo con la tarea del terapeuta y, si no la cumplen, están cambiando y por lo tanto se consigue el cambio.
Técnica de la confusión
De Shazer desarrolló una en la que el terapeuta admite abiertamente su confusión ante la confusión de los pacientes. El objetivo es frustrarles en construir un significado en la situación terapéutica y, por lo tanto, resulte imprescindible el planteamiento de una meta, que es lo que da sentido a aquella situación.
Cabe destacar que cada una de estas 9 técnicas de terapia sistémica familiar requieren de profundos conocimientos de la psique humana, del manejo de los grupos y de los estilos comunicativos. Resultarán eficaces siempre y cuando se realicen en un contexto terapéutico y sean promovidas por un profesional de la salud mental especializado en este ámbito.
Over fact all son tell this any his. No insisted confined of weddings to returned to debating rendered. Keeps order fully so do party means young