Por Edwin Camilo Ardila Parra – Psicólogo Familiar
Las crisis que se viven invaden cuerpo y mente, generando una intimidación a nuestro ser. La crisis llega con afán de presionar y de obligar a frenar las actividades que se tienen a diario.
Quiero invitarte que pienses en ¿cómo la crisis llega a tu vida, por qué camino se encuentra contigo y en qué forma se presenta? Estas formas se representan en personas, vicios, adicciones, dependencias, creencias, violencias y en toda clase de expresión que te lleva a sentirte agobiado y con síntomas que disminuyen tu salud.
En momentos nos sentimos confundidos porque las experiencias con las cuales nos encontramos nos hacen dudar de la personalidad con la que nos presentamos al mundo, existen incoherencias que invaden nuestro si mismo.
En consecuencia, llega el autosabotaje, el autoengaño, que nos nubla nuestra visión y no nos permite ver que es lo que realmente nos sirve.
Ahora bien, entendiendo que en momentos nos autoengañamos, quiero que veas que acciones usas en momentos de tensión, quiero que escuches esas palabras que usas para definirte posteriormente a las acciones implementadas. (soy mediocre. Soy incapaz, no logro salir de estos problemas, mi vida es un desastre, nunca cambio) es acá donde debemos darnos cuenta como la situación vivida empieza a pasar por nuestra mente y por nuestro cuerpo. Las palabras empiezan a determinar quién eres, esto debido a que estas palabras dan forma a una historia que cuentas a diario.
Dentro de las posibilidades existentes, el significado que das a tu vida genera que no seas capaz de mirarte con admiración sino por el contrario con desprecio, tus palabras agreden tu si mismo, aquello que te hace ser y te hace diferenciar de los demás.
Es esta diferencia la que actúa a favor de la autonomía de decidir de que manera se debe explorar las experiencias incomodas, para tomar lo que te conviene y controlar lo que sientes. De esta manera, al momento que los pensamientos aparezcan nuevamente sean definidos desde tu verdad y no desde tu si mismo farsante que te hizo creer en una persona que no eras y que no querías ser.
Estas decisiones y formas de percibir cada experiencia incomoda debe ser guía a administrar información a tus memorias que te ayuden a desafiar aquello que te causa daño y así poder llegar a verte como una persona capaz de sentirse feliz, tranquila y motivada a aplicar las herramientas que tanto requieres para dar manejo a los momentos de tensión o situaciones de crisis.
Para esto vas a hacer lo siguiente. Vas a crear un paisaje de los contextos en los cuales interactúas, vas a ver qué significado le han dado a estos y te darás cuenta si estos los percibes como lugares seguros o lugares problemáticos, estos segundos los vas a estudiar y vas a ver su dinámica y la manera que forman y mantienen los síntomas que describen un problema. Posteriormente vas a ver que decisiones has tomado para afrontar los problemas percibidos.