La obesidad está ligada a los trastornos de salud mental, pero la correlación es compleja. Esto es lo que necesitas saber sobre el vínculo entre el peso corporal, la depresión y la ansiedad.
Puede ser difícil lidiar con la ansiedad y la depresión, pero tu peso corporal no es el único determinante de las condiciones de salud mental que puedes experimentar. Todos los cuerpos son diferentes.
Si bien los expertos todavía están tratando de determinar exactamente cómo se conectan estos trastornos comunes, saben que existe un vínculo y que millones de personas se ven afectadas. Comprender cómo se vinculan la salud mental y el peso corporal puede ayudarte a entender mejor tus necesidades.
El vínculo entre la obesidad y la ansiedad
La obesidad se define como tener un índice de masa corporal (IMC), una medida de la grasa corporal basada en la altura y el peso, de 30 o más. Pero se sugiere no usar esta herramienta únicamente para determinar condiciones de salud u opciones de tratamiento.
De acuerdo a un estudio de 2015, el IMC tiene limitaciones a la hora de determinar la masa grasa corporal.
Los expertos sugieren que preocuparse por el aumento de peso o albergar sentimientos negativos sobre la propia imagen puede causar ansiedad.
- trastorno de ansiedad generalizada (TAG)
- trastorno de pánico
- desorden de ansiedad social
- ansiedad escolar
Los investigadores encontraron que un circuito neuronal en el cerebro que regula el estado de ánimo y el apetito puede ser un objetivo clave para ambas condiciones. Cuando les dieron a los ratones una combinación de dos medicamentos que actúan en este circuito, los animales experimentaron menos ansiedad y perdieron peso.
Algunos síntomas de ansiedad pueden incluir:
- sentimientos de preocupación o pavor que interfieren con la vida cotidiana
- sentirse inquieto, irritable, nervioso o ansioso
- problemas para concentrarse
- fatiga
- dificultades para conciliar el sueño o permanecer dormido
- dolores de cabeza inexplicables, dolores de estómago u otros tipos de dolor
El vínculo entre la obesidad y la depresión
De acuerdo con la Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), alrededor del 43 % de los adultos con depresión entre 2005 y 2010 tenían obesidad. Los adultos diagnosticados con depresión tienen más probabilidades de ser obesos que aquellos sin el trastorno.
La investigación también ha sugerido una relación inversa entre la depresión y la obesidad. Según un gran estudio de 2014 , la depresión tiene una mayor prevalencia en personas con obesidad o bajo peso.
Aunque no se conocen las razones exactas de esta asociación, es probable que intervengan factores genéticos, sociales y ambientales. Además, los medicamentos antidepresivos que se usan para tratar la depresión pueden provocar un aumento de peso en algunas personas.
La depresión puede fomentar la falta de energía, lo que posiblemente lleve a una menor actividad física y, en última instancia, al aumento de peso.
Los signos comunes de depresión pueden incluir:
- tristeza severa o persistente
- sentimientos de desesperanza, inutilidad, culpa, irritabilidad o negatividad
- pérdida de interés en actividades que alguna vez fueron placenteras
- fatiga
- dificultad para concentrarse
- problemas de memoria
- problemas para dormir
- cambios de peso
- pensamientos de suicidio o muerte
- dolores de cabeza inexplicables, dolores de estómago u otros tipos de dolor
Cuidando tu salud mental y física
Cuidar tu cuerpo, tanto física como mentalmente, puede ayudar a mejorar tu salud en general y ayudarte a sentirte mejor.
Considera los siguientes consejos:
- Mantente activo : el ejercicio regular puede ayudar con la depresión y mejorar tu estado de ánimo. Ya sea que te muevas durante 15 minutos al día o una hora, intenta participar en actividades benéficas para tu cuerpo.
- Come muchas frutas y verduras: considere comer frutas y verduras que contengan vitaminas, minerales y fitonutrientes esenciales para mantenerse saludable.
- Conéctate con los demás : una sólida red de apoyo social reduce los niveles de estrés en algunas personas.
- Mantén un diario de gratitud : los ejercicios diarios de gratitud pueden ayudarlo a controlar su estado de ánimo.
- Prueba la meditación : las prácticas de meditación y relajación pueden ayudar a mejorar su bienestar físico y mental.
- Sumérgete en la naturaleza : la naturaleza puede ayudar a disminuir los síntomas de la depresión y aumentar la energía.
- Considera la posibilidad de recibir ayuda profesional : Hablar con un experto en salud mental puede ayudarte a reconocer factores desencadenantes e implementar estrategias útiles.
Resumen
Existe una conexión clara entre la obesidad y los trastornos de salud mental. Las personas con un IMC alto tienen más probabilidades de experimentar depresión y ansiedad. Por el contrario, las personas con problemas de salud mental corren el riesgo de padecer obesidad.
Los investigadores están buscando más respuestas para explicar esta correlación, pero es probable que sea el resultado de varios factores superpuestos.
Si tienes cualquiera de estos síntomas, los cambios en el estilo de vida y los tratamientos médicos pueden mejorar tu estado de ánimo. Considera hablar con tu médico acerca de las mejores técnicas para tu situación.