Los amigos imaginarios de los niños


Por qué algunos niños tienen amigos imaginarios y cuándo preocuparse


Por. Jennifer Delgado

Los amigos imaginarios son personajes ficticios que algunos niños crean y que desempeñan el papel de un tutor o se convierten en sus compañeros de juego. Aunque solemos pensar que los niños imaginan que son reales, lo cierto es que la mayoría de los pequeños pueden comprender que son imaginarios.

De hecho, muchos entienden que es una presencia física que los demás no pueden ver y otros reconocen que solo existe en sus mentes.

Los amigos imaginarios suelen aparecer a los 2 o 3 años, ya que se trata de una edad en la que los niños ya han desarrollado lo suficientemente el lenguaje y son capaces de inventar personajes pero, a la vez, aún tienen un pensamiento mágico en el que la fantasía y la realidad se pueden fundir.

Las increíbles ventajas de tener un amigo imaginario

Aunque los amigos imaginarios son una de las causas más frecuentes de consulta en los gabinetes de Psicología Infantil, lo cierto es que los padres no tienen nada que temer porque ese universo de hadas, superhéroes y seres mitológicos le ayudará al niño en su crecimiento.

Ese personaje ficticio le permitirá expresar sus miedos, inquietudes y deseos.

De hecho, a través del amigo imaginario los niños liberan sus sentimientos, proyectan sus conflictos y buscan soluciones.

No debemos olvidar que aunque los niños son conscientes del mundo real, aún les cuesta asimilar muchas cosas. Por eso, la imaginación les ayuda a lidiar con la realidad y a solucionar los problemas, ya que es un mundo donde todo está permitido.

Sin embargo, los amigos imaginarios no son solo una válvula de escape, también son excelentes compañeros de juego. De hecho, se ha apreciado que estos personajes ficticios son más comunes en los hijos únicos que viven con personas adultas, en cuyo caso serían una forma de rellenar esa “carencia social”.

Al establecer una interacción con estos personajes, el niño logra desarrollar diferentes habilidades sociales. Por ejemplo, al tener que asumir la perspectiva de amigo imaginario, el niño desarrolla la empatía y aprende a ponerse en el lugar del otro.

También se ha demostrado que los niños con amigos imaginarios desarrollan un vocabulario más rico y se expresan mejor. Además, alcanzan un mayor autocontrol emocional y, al sentirse apoyados, confían más en sus capacidades.

¿Cuándo preocuparse?

Como regla general, de la misma forma en que llegaron los amigos imaginarios, se van. Alrededor de los 7 u 8 años, cuando el niño ya ha alcanzado un mayor grado de desarrollado de las funciones cognitivas superiores, como el lenguaje y el pensamiento, el amigo imaginario desaparece. No obstante, este personaje puede acompañar a algunos niños un poco más, sin que ello represente un problema.

Los padres solo deben preocuparse si el niño abandona poco a poco sus intereses y tareas para pasar cada vez más tiempo con ese amigo imaginario. También es motivo de preocupación que el niño no tenga amigos reales de su edad con los cuales jugar y relacionarse. Además, deberías consultar a un psicólogo si el niño comienza a actuar de forma retraída o agresiva debido a que tiene un amigo imaginario violento.

¿Qué pueden hacer los padres?

Lo más conveniente es que los padres no interfieran, lo cual significa que no deben participar ni estimular la existencia de ese amigo imaginario. También implica que no se debe reprimir ni castigar. Lo ideal es que los padres se mantengan en un discreto segundo plano, observando cómo se relaciona el niño con ese personaje.

También es importante que los padres creen ocasiones para que el niño pueda jugar e interactuar con sus coetáneos, que fomenten amistades verdaderas. Se trata simplemente de aceptar ese amigo imaginario como una fase más en el desarrollo del niño.

Vía: www.etapainfantil.com
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